¿Alguna vez has entrado en algún sitio y su olor te ha transportado automáticamente a la niñez? Seguro que sí. En esto se basa el marketing olfativo: en el poder de crear y rememorar recuerdos de este sentido. Este tipo de marketing busca aprovechar esa capacidad del olfato para, a través de él, transmitir sensaciones, ideas o valores que queremos vincular con nuestro negocio. Actualmente, toda gran empresa que se precie, crea su olor corporativo; es decir, un aroma que se identifique fácilmente con la marca.
Obviamente, esto solo está al alcance de unos pocos. Pero, ¿por qué no aplicar a nuestra tienda el marketing olfativo en la medida de nuestras posibilidades? ¿Cómo hacerlo? Muy sencillo: asociando nuestra tienda a un olor determinado con las brumas de olor. ¿Aún no estás convencid@? Lee los 4 argumentos que vienen a continuación y se despejarán todas tus dudas:
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